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Nuestra visita a la ESAD: una experiencia con muchas sorpresas

El lunes 12 de octubre, la clase de Literatura Universal de 1º de Bachillerato del IES Nº5, junto con la de Artes Escénicas y Danza de 4º de ESO, hicimos una visita a La Laboral, en Gijón, para conocer la Escuela Superior de Arte Dramático (ESAD) de Asturias y el trabajo de los actores y actrices que se forman allí para obtener un título universitario al finalizar sus estudios.

Iniciamos el trayecto sobre las 9:15 y llegamos a La Laboral a eso de las 9:45. Debo decir que yo nunca había visto el edificio y no tenía idea de cómo era, por lo que, al verlo desde la ventana del autobús (este está próximo a la carretera por la que llegamos) me quedé totalmente impresionada, ya que no sabía que se trataba del sitio que íbamos a visitar y me resultó chocante que hubiese un edificio de tal tamaño en Asturias.

Tras esto entramos al recinto y, tras recorrer parte de la plaza (bajo cubierta, ya que en ese momento llovía considerablemente) llegamos a una especie de hall, donde nos recibieron una profesora de la escuela y otro trabajador de esta (aunque no nos lo dijo, imagino que era algo así como un secretario o jefe de estudios). Esta mujer nos introdujo en diferentes temas, como algunas de las asignaturas que se imparten (y cómo lo hacen), la titulación que obtienen los alumnos al acabar su trayecto en la ESAD (incidiendo en que, como ya he mencionado, es de Grado Universitario y no de Grado Superior ni nada por el estilo), las pruebas de acceso que se deben realizar para que la persona sea admitida, etc. Después llegaron también otro profesor y el Director de la Escuela (Pedro Ignacio Ortega Sanz), que nos contaron más cosas sobre el centro. 

Después de la pequeña introducción que nos hicieron, la profesora a la que conocimos previamente nos llevó a la primera clase que presenciaríamos: Voz . Esta estaba compuesta por cinco alumnos, tres chicas y dos  chicos, ya que otros dos pertenecientes a la clase no se encontraban allí en aquel momento. En el tiempo de clase en que nosotros estuvimos allí, esta tuvo dos partes: durante la primera, los alumnos debían interpretar un texto teatral mientras permanecían en unas posiciones que su profesor (que tenía una manera algo  extraña de mandar iniciar o cambiar los movimientos, siendo esta golpear el suelo con una esterilla, lo que ocasionaba un gran estruendo) les iba indicando; la segunda se basó en interpretar otro texto diferente adaptando sus voces para dar una diferente a casa personaje (que posiblemente fuesen más de diez distintos). En esta última parte los alumnos se dividieron en dos grupos: uno de un chico y dos chicas, que interpretaron el texto primero, y otro del chico y la chica restantes, que lo hicieron justo antes de finalizar nuestra experiencia en aquella aula. En mi opinión (aunque carece de validez alguna, ya que no conozco los requisitos necesarios para la correcta realización de esta actividad) el mejor de los tres en la parte de la voz fue uno de los chicos, que conseguía cambiarla de manera que parecía tener numerosas personas dentro de él realmente, mientras que, en la parte donde predominaba lo físico, consideré la mejor a una de las tres chicas, que se podía ver como disfruta de lo que estudia y aprovecha sus conocimientos para realizar su trabajo con la mayor precisión posible.

La siguiente clase fue Cámara, que se desarrolló en una especie de patio interior del edificio, en un pequeño espacio cubierto. Las actrices de esta clase estaban interpretando ante una cámara, como si de un rodaje real se tratase, una escena de la película Lo Imposible. También había algunas encargadas de la cámara, el sonido, etc. A todos nos llamó la atención ver cómo repetían tomas por errores de los que nosotros ni siquiera nos dábamos cuenta, como fue el caso de una vez en que una de las chicas movió las cejas y el profesor le recalcó que no debía hacerlo, ya que es un detalle que destacaría demasiado en una gran pantalla. Esta no fue la clase que más me gustó, aunque resultó interesante ver algo que podía asemejarse (aunque sea mínimamente, ya que obviamente el personal disponible no es el mismo) a un rodaje de una película o serie de televisión.



Al terminar esta sesión, nos dirigimos a un aula que estaba en el piso superior, en la que se estaba llevando a cabo una clase de Interpretación. Sin embargo, no hay que dejarse llevar por su nombre ya que, a pesar de ser en parte una actuación desempeñada mediante actos espontáneos, muchos de estos estaban condicionados por unos parámetros que la profesora iba indicando. Un ejemplo fue cuando a una actriz le dijeron que no debía mostrarse feliz, sino desamparada, debido al desencuentro que había sufrido su personaje con su amado unos segundos antes. Me gustó mucho de esta clase que nos permitieran interactuar con ellos, decir lo que nos parecía que iba a pasar o cómo reaccionaríamos nosotros en esa situación. Es una manera de trabajar que me gustaría volver a ver alguna vez.

La última de las cuatro que nos mostraron fue la clase de Danza. No fue muy parecido a lo que me esperaba, dado que consistió únicamente en realizar en común una coreografía que ya habían ensayado. Estos estudiantes eran los mismos que vimos en la primera clase, junto a los dos que faltaban en ella. La coreografía me pareció compleja y me llamó la atención que nos invitasen a acompañarlos aún sabiendo que podríamos interferir en el desarrollo de la clase, ya que era algo que incluso a ellos les resultaba complicado.

Finalmente, nos llevaron a un espacio donde tenían toda la vestimenta que emplean en el centro. Allí nos recibieron un hombre y dos mujeres, que nos explicaron parte del funcionamiento de la escuela. De la gran cantidad de ropa que había allí (y que luego nos permitieron pasar a ver), nos dijeron que gran parte la habían fabricado ellos, mientras que algunas prendas habían sido donadas por antiguos alumnos o personas a las que les gusta aportar al centro. También nos informaron de que en los próximos meses habría días en que se podrían hacer visitas como la nuestra de aquel día para conocer el trabajo que allí hacen (de manera similar a como lo hicimos nosotros). Creo que es una gran oportunidad que, si puedo, no desaprovecharé, de manera que volveré a visitarlos en las jornadas en que abran las puertas al público.

Aquí concluyó nuestra visita a la ESAD, de cuyas instalaciones nos fuimos una media hora después, que fue cuando llegó nuestro autobús de vuelta.



Comentarios

  1. GRACIAS, Ivanka, por tu detallado relato acompañado de tus impresiones. Me alegro mucho de que hayas aprovechado y disfrutado todo lo que generosamente nos permitieron compartir ese día.

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